Me resulta increíble descubrir que hace tanto tiempo alguien consiguiera hacer en España canciones así. Mientras el gran público disfrutaba con Marisol, el sol de la costa oeste norteamericana iluminaba un sótano de Barcelona, forjando con su calor esta delicia pop, a medio camino entre el folk y la psicodelia más dulce. Seguro que reconocéis esa voz... y ese acento.